Hablaba con Candace por teléfono, para variar un poco, de Jeremy. Esa vez, Candace se quejaba de que Jeremy no le había llamado en cinco días, o un número así, porque en realidad Stacy ya había dejado de prestar atención a los detalles.
— Espera Stacy, tengo una llamada —anunció Candace. Antes de que Stacy pudiera decir algo, la voz emocionada de la pelirroja irrumpió en sus oídos—: ¡Es Jeremy! Te llamo luego —y colgó.
Se quedó con el teléfono pegado a la oreja. Por primera vez en mucho tiempo, las lágrimas hicieron su entrada triunfal.
— Espera Stacy, tengo una llamada —anunció Candace. Antes de que Stacy pudiera decir algo, la voz emocionada de la pelirroja irrumpió en sus oídos—: ¡Es Jeremy! Te llamo luego —y colgó.
Se quedó con el teléfono pegado a la oreja. Por primera vez en mucho tiempo, las lágrimas hicieron su entrada triunfal.
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