XV. Violencia
El agua se mueve mucho a su
alrededor y le cuesta aumentar la velocidad. En una ocasión su mano derecha
resbala levemente y no alcanza a apoyarse lo suficiente en el agua, por lo que
su brazada resulta menos potente. Intenta compensar la pérdida de impulso pateando
con más violencia pero siente que su cuerpo se vuelve pesado y entonces llega
la frustración.
Por fin termina la vuelta, toca
la pared y se encuentra con Erica, que lleva unos buenos 10 segundos esperando.
Se supone que es su último día de prueba y que el entrenador le dirá si puede
seguir nadando con el equipo de competencia. Una parte de ella le dice que
desista, que deje de aferrarse a la sonriente mujer que en ese momento la
observa como si nadar fuera la cosa más fácil del mundo.
―¿Todo bien, Marisol? ―le dice
Erica con una sonrisa en el rostro. Si estuviera menos cansada cuando salen de
la alberca le preguntaría si de verdad nadar la hace tan feliz o si siempre
tiene esa expresión tan afable.
―Estoy cansada. No sé cómo
aguantas esto ―responde sinceramente sin mirarla directamente. No es el momento
ideal para que su corazón empiece a dar brincos incontrolables.
―Sólo debes evitar pensar que
estás cansada. Lo demás viene solo.
Marisol alcanza a ver que Erica
se alza de hombros cuando le responde y se permite sonreír un poco a pesar del
cansancio y la frustración. Por lo menos puede agradecer que ahora habla con
Erica con más facilidad y que incluso intercambian mensajes fuera de la
alberca.
―Creo que no es tan fácil...
―Luego platican ―dice el
entrenador mirando su reloj―. Ahora van en crol. Perla, tú van adelante; María
y Josette la siguen. Después Erica, Marisol, Daniela y Laura.
Marisol suspira resignada. Se
mueve hacia su lugar y espera a que Erica salga.
―Por cierto, Marisol, te quedas
con nosotros. Felicidades.
Las palabras del entrenador la
desconciertan y sólo sale de su asombro cuando el hombre le dice que se
apresure. Comienza a nadar e intenta encontrar la silueta de Erica. A
diferencia de cuando nadan en mariposa, en crol le resulta más sencillo
seguirla.
Sonríe a pesar de llevar la cabeza dentro del
agua. No creyó que se sentiría tan feliz por tener la oportunidad prolongar su
tortura durante más tiempo.
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