jueves, 21 de agosto de 2014

Abrumador

Se ríe porque no ha aprendido a llorar. Pero no le durará mucho la ignorancia. Ahora mismo Nicole, la que se dice su novia, se dirige hacia ella, con la cabeza en alto, las manos apretadas en firmes puños, los ojos llenos de una vivacidad que le cuesta aceptar. No camina ni rápido ni lento, simplemente camina, lista para decirle lo que ha pasado.

Llega hasta ella, que es toda sonrisas y atención, que se derrite por abrazar a Nicole. Nicole no la deja, la detiene con una mano fría y sudorosa, nerviosa. Se lo dice de golpe, sin miramientos, como si fuera algo fácil. "Hugo me pidió que fuera su novia, lo acepté". Unas cuantas palabras y su mundo se cae, se vuelve negro. Se obliga a decirle que está bien, que sabe que lo suyo no habría funcionado de todas maneras.

Nicole se da la vuelta y se aleja, con el mismo paso con el que llegó. Entonces empieza a llorar porque todo el dolor la abruma. Y sufre, sufre, sufre. Por fin aprendió a llorar pero fue una lección demasiado dura.

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