sábado, 13 de julio de 2013

La ternura de Cassandra



No esperaba que Cassandra le diera ese pequeño beso en los labios. Simplemente porque ella no era del tipo de personas que tomaba la iniciativa. Se puso feliz, melancólica, pensativa y confundida a la vez, así que trató de afianzar la imagen mental de su mano unida a la de su nueva pareja. 

Desde luego, tampoco se esperaba que esa misma Cassandra se le acercara con casi ternura y le diera un abrazo, juntando los pechos de ambas. Sin embargo, la sensación fue tan reconfortante que sólo se le ocurrió rodear el cuello de su novia con sus brazos.

-- ¿Y mi Cassandra? --se le ocurrió preguntar con los ojos cerrados, cerca de su oído.

-- Se la llevaron los aliens --fue su respuesta, a la que siguió un pequeño beso en la mejilla--. Es que me gustas mucho.

Dejó de preocuparse incluso por la rotación de la tierra y se perdió en la ternura de Cassandra.

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