jueves, 11 de abril de 2013

Siempre así

Wendy se estaba portando de forma muy rara. Claro, era por Stan. Y no por eso Bebe dejaba de seguirla a todos lados, de admirarla en cierto sentido. Porque además de todo, Bebe pensaba que Wendy era hermosa. Alguien digno de contemplación. Así que si ella pedía algo, Bebe disponía lo mejor que le era posible.

Esa vez la vio sentir unos celos desmesurados sólo porque la profesora sustituta prestaba atención a Stan. Le sorprendió mucho verla gritar como loca en la cafetería y escuchar cómo había amenazado a la profesora. Al principio, Bebe se sintió una alteración de su seguro mundo pero rápidamente lo asimiló y decidió que si iba a seguir a Wendy hasta el fin del mundo, no estaba mal ayudarle a recuperar a Stan.

Bebe siempre supo el plan de Wendy. Aún así, se dio cuenta de lo mucho que la quería cuando se disculpó frente a todos; pensó que alguien con esas acciones no podía ser malo, todo lo contrario. Luego la vio irse con Stan, todo como antes. No importaba, Bebe estaría allí hasta que se le ocurriera algo más que hacer.

— ¿No te da culpa? —le preguntó después de que Kyle se hubo marchado, aún sin creer que Wendy fuese capaz de mandar a alguien a morir en el sol.

Wendy no volteó. Al parecer, en ese tiempo su amor por Stan podía más que cualquier otra cosa. Se reacomodó los lentes de sol y bebió un sorbo de su limonada.

— Nunca lo entenderías —respondió por fin con una débil sonrisa.

Era cierto. Bebe no lo entendía y jamás llegaría a hacerlo. Se consoló con el pensamiento de siempre: si Wendy quería a Stan y estaba bien para ella tenerlo bajo cualquier circunstancia, todo marcharía bien para Bebe.

Siguieron sonriendo, recostadas frente a la piscina, viendo el ir y venir de muchas personas. Bebe esperaba que su vida fuese siempre así.

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