jueves, 3 de abril de 2014

Guardar el misterio

— D-daaamee un beeeesooo —alargó perceptiblemente las vocales, lo cual la hizo reír. Raquel estaba borracha, muy borracha, tanto que le costaba mantenerse en pie. Alondra caminaba a su lado, pasándole un brazo por la cintura para ayudarla a mantener el equilibrio.

Y estaban muy cerca. Sintió su olor a alcohol y un leve deje del perfume de jazmín que se había puesto antes de salir a ese antro de perdición.

— No juegues —le dijo, sonriente. Se había tomado un par de copas y estaba "feliz". "Feliz" pero no ebria.

— Es en seriooooo, quiero un besitooo —le llamó la atención la forma de decirlo. Por eso se le acercó y le dio un beso en la mejilla. Pero antes de que pudiera alejarse, Raquel le agarró el rostro con las dos manos y le plantó un beso lleno de saliva y torpeza en los labios.

Cuando la dejó ir, Alondra estaba sonrojada, apenada y rogaba que su amiga no recordara eso.

— ¿Teee gust-ooo? —tuvo el descaro de preguntar y la pronunciación fue tal que no distinguió si era un "te gustó" o un "te gustó". De todas formas la respuesta a ambas preguntas era la misma...

No respondió. Prefirió guardar el misterio, así que siguió caminando hacia casa de Raquel.

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