lunes, 21 de abril de 2014

Agua de jamaica

Se le pintaron los labios en cuanto terminó de beber el líquido rojo. Dejó el vaso en la encimera, listo para usarse de nuevo, y dirigió una mirada rápida a la mujer que la observaba entre divertida e intrigada.

— ¿Qué es tan divertido? —eligió preguntar con una sonrisa chueca dibujada en su boca pequeña.

La otra no respondió. Se le acercó con velocidad y sigilo, como un animal salvaje que ataca a su presa. Usó el dedo índice para darle un golpecito en la nariz, a modo de juego. Entonces rió, tintineando...

No se pudo contener, le dio un beso rápido en la boca, apenas un roce de labios.

— Sabes a agua de jamaica —afirmó un segundo antes de corresponder al beso superficial con un beso de lengua.

Instantes después, se revolcaban ya en la cama individual que a veces compartían para pasar la noche. Mientras tanto, el vaso seguía sobre la encimera, dispuesto a cumplir su misión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario