domingo, 14 de septiembre de 2014

Juramento

Las palabras se abrieron paso a través de su pecho y le formaron un vacío en el corazón. "No" significaba lo mismo sin importar las palabras de disculpa o los adornos que se le añadieran. Luchó por mantener la calma, sin derramamiento de lágrimas, sin maldiciones, sin un gesto que delatara demasiado el dolor. Conocía el riesgo, estuvo dispuesta a correrlo y no podía fingir ahora que todo le había caído por sorpresa.

Se obligó a sonreír. Musitó un débil "gracias por la honestidad" y le juró a Gabriela que nada cambiaría. Seguirían viéndose cada dos semanas para salir por un trago y continuarían hablando por teléfono por las noches y por Skype en las tardes. No había necesidad de complicarse con explicaciones, reproches o disculpas. Se mordió el labio, se despidió alegando que debía estar a solar un rato y se fue.

No podía hacer nada más que respetar el juramento.

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