sábado, 17 de agosto de 2013

Infieles

Observó la escena a unos pasos de distancia. Ellos ni siquiera lo notaron, así de concentrados estaban en su asunto. No dijo nada; se concentró en no desesperarse, no hablar precipitadamente. Guardó toda la ira y tristeza en un cajón de su corazoncito roto y lo cerró con llave para no volver a abrirlo por lo menos en las siguientes dos horas.

Los susodichos de pronto la vieron, se alarmaron al verse descubiertos y ocultaron todas las muestras de amor que hacía apenas un minuto se manifestaban. Luego empezaron a deshacerse en tartamudeos culposos que, por lo mismo, no tenían sentido. Ella sonrió, dolida, decepcionada, traicionada. Su novia y su mejor amigo se estaban besando. Le habían sido infiel.

Quiso preguntar el clásico "¿cómo pudieron?" pero había visto lo suficiente.

— Entre nosotros todo terminó —declaró, dirigiéndose a ambos.

Podían irse a joder, pero muy lejos de ella. Ya luego lloraría.

No hay comentarios:

Publicar un comentario