jueves, 15 de agosto de 2013

Fotografía





Sólo había podido tomarle una fotografía y era prácticamente el único recuerdo que tenía de ella. No la había visto en cuatro años pero siempre abría las 10 carpetas que protegían esa foto y la contemplaba. De seguro era muy diferente, habría cambiado en todos los sentidos, ya no se acordaría de ella. De todas formas, sólo habían compartido un mes de vida, no era como para darle mucha importancia.

Pero a ella le importaba. Y le importaba porque todavía pensaba en ella. Era una pena enorme que el único recuerdo fuera una fotografía de mala calidad tomada con un celular que había dejado de usar hacía algunos años. Lo peor era que aunque cambiara de celular, la foto pasaba al nuevo. Una y otra vez, una y otra vez. Desde luego tenía pareja, una mujer con la que vivía una semana sí y una no.

 Esa mujer sabía la historia de su único amor pero se había quedado a su lado porque la amaba con demasiado ahínco. Suspiró por enésima vez en esa hora, mirando la fotografía que era capaz de congelar el tiempo. Siempre la escondía... Normal, ¿no? ¿Quién estaba dispuesto a que su novia viviera pensando en un fantasma? Se levantó del sillón en el que se encontraba y se encaminó al baño. El error fue dejar el celular y la foto al descubierto.

— ¿Es ella? —preguntó la mujer con la que vivía. Iba saliendo del baño y la vio sostener el celular, su celular, y observar la pantalla con total descaro y desaprobación—. Ya no la necesitas —sentenció sin darle tiempo de reaccionar. La foto ya no existía.

La foto ya no existía. Ya no podría verla. Empezó a llorar, dejándose caer al suelo, golpeándose, ignorando que la mujer culpable del homicidio de un amor antiguo se acercaba a ella y la abrazaba. Se soltó del abrazo. Lloró más. Se retorció, se desgarró la piel con las uñas largas. ¡La foto, la foto, la foto...! No podía pensar. Corrió hacia la ventana y se arrojó por ella, tratando de escapar de las garras no tan invisibles de la desesperación.

Había olvidado que no quería morir. Pero ese pensamiento se materializó demasiado tarde, pues ya estaba cayendo desde un décimo cuarto piso. En su mente siempre quedaría grabada esa fotografía, aunque ya no existiera.

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