sábado, 6 de agosto de 2016

[Butterfly] 20. Necesidad



XX. Necesidad


Ese día van al cine. Quedaron de verse en una plaza y Erica lleva cinco minutos esperando. Trata de evitar prestar atención a los latidos exacerbados de su corazón. En ese momento aparece Marisol y Erica le hace una seña con la mano, la misma de siempre, para que se acerque.

Es la primera vez que Erica ve a Marisol fuera de las instalaciones de la alberca y le parece extraño que no sólo se vista con ropa deportiva; supone que Marisol ha de pensar lo mismo de ella y la sola idea le hace gracia.

―¿Estás lista?

―Es la película de miedo, ¿no?

―Sí. El conjuro 2. ¿Viste la primera?

―En realidad no tuve tiempo de ir al cine en ese entonces ―responde con una sonrisa ligeramente culpable.

―No importa, de todas maneras esta es una historia independiente y por suerte para ti no es clasificación C, así que no hay problema con que no te dejen pasar ―dice a modo de broma. Recientemente Erica descubrió que a Marisol le hace enojar que le hable de las muchas cosas que no puede hacer por ser menor de edad.

―No me molestes con eso ―su tono de voz está a la mitad de un berrinche y una amenaza, así que Erica se ríe ruidosamente.

Marisol se cruza de brazos, poco dispuesta a moverse para ir a recoger los boletos que Erica pidió en línea. Erica la empuja desde atrás, por los hombros, y en poco tiempo Marisol accede a caminar.

―Espérame aquí, voy por los boletos ―le dice Erica y sale corriendo hacia la taquilla.

Recoge los boletos rápidamente y regresa a donde está Marisol.

―La buena noticia es que casi no hay gente. La mala es que ya se nos hizo tarde y la función comienza en cinco minutos, así que si quieres palomitas hay que apurarnos.

Erica mira a Marisol y se fija en los detalles de su risa ligeramente aguda.

―Sin palomitas está bien, no quiero engordar ―responde aún riendo.

Erica se suma a su risa y nota que Marisol la mira brevemente y luego aparta la mirada. Pasan de largo la dulcería y entran en la sala.

Encuentran su lugar cuando ya se apagaron las primeras luces pero aun así Erica nota que las personas que hay en la sala van en pareja y se sientan muy juntitas. Voltea hacia Marisol, que se ha quedado absorta en los comerciales. En la semi-oscuridad se ve aún más joven, como si tuviera 12 años y no 14. Se pregunta si a los 14 a ella también le habría gustado ir al cine con alguien mayor… Tal vez.

Se apagan todas las luces y comienza la película. No sabe cuánto tiempo ha pasado pero las manos de Erica se han puesto frías. Extraña más que nunca las palomitas porque así podría alejar un poco la ansiedad. Atrás de ellas parece haber un grupo de personas y les ha dado por gritar en los momentos en que a ella igual le gustaría hacerlo.

Mira a Marisol. Se ha cubierto los oídos con las manos y tiene los ojos muy abiertos. Quizá fue una mala idea llevarla a ver esa película. De pronto siente la necesidad de protegerla. No hay ninguna división entre los asientos, así que se recorre todo lo que puede hacia Marisol y le pone una mano en la pierna.

―No es real ―le susurra.

Marisol asiente con la cabeza y se recarga en su pecho. Entonces Erica la rodea con los brazos.

Se quedan así el resto de la película. Cuando todo termina y las luces se encienden, permanecen abrazadas durante unos minutos más. Luego se sueltan al mismo tiempo, como si las dos se dieran cuenta de que no deben comportarse así.

―Gracias. ¿Podrías… no decirle a nadie que me dan miedo estas cosas? ―pregunta Marisol mirando hacia el piso y con la cara roja.

―No te preocupes. Fue mi culpa de todas maneras. Podemos decir que fuimos a ver la película animada que querías ver ―responde Erica sonriendo.

―Esa es una buena idea ―dice y sonríe también.

Erica nota de nuevo esa sensación incómoda en el estómago y se lleva una mano a la cintura para intentar calmarse.

―¿Quieres hacer otra cosa? ―la pregunta sale de su boca sin que se dé cuenta. Mira a Marisol inquieta, preocupada por que la pequeña pueda darse cuenta de que pasa algo extraño con ella.

―M-me gustaría pero mi mamá dijo que después de eso iríamos a casa de mi abuela…

―No te preocupes. ¿Dónde te va a recoger tu mamá?

―En la salida del centro comercial. Supongo que ya debe estar allí, le dije a qué hora empezaba la película.

Se de pie unos momentos en un silencio incómoda. Marisol toma la iniciativa entonces, se acerca a Erica y le da un beso en la mejilla.

―Nos vemos el lunes Erica.

―Sí, cuídate y no sueñes cosas feas.

―Trataré.

Erica se queda en el mismo lugar viendo cómo Marisol se aleja. Cuando la pierde de vista comienza a reír como tonta.

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