martes, 24 de junio de 2014

Orientación sexual

-- No me dejes, por favor --alcanzó a decir. Cuando sus palabras rozaron el aire, ya era demasiado tarde. La que era su novia se había ido tras el hombre que era su verdadero amor, según le había dicho momentos antes, y ella estaba sentada en el sofá de un departamento de repente vacío y oscuro.

Pero lo que más le dolía era la mentira, los meses que pasó diciéndole que la amaba, el tiempo que escuchó que lo intentaría, todo para ocultar que en realidad ella no jugaba del mismo lado de la cancha. Por eso se había ido con Ángel, un amigo en común, un joven guapo, rubio, simpático... La había dejado porque no podía corresponderle.

Habría sido mejor decirle desde el principio que no era lesbiana, ni siquiera bisexual. Habría sido más fácil para todos. Y aunque ya no tenía caso seguir llorando por lo perdido, la mentira seguía causándole escozor en el pecho y en los ojos.

Recogió sus sentimientos perdidos, rechazados, negados, nunca tomados en cuenta y tuvo el valor de levantarse del sofá para ir al baño. Sólo le quedaba cerciorarse de la orientación sexual de sus nuevas conquistas.


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