sábado, 28 de junio de 2014

Lo difícil

Lo difícil no fue que me dejara, lo difícil fue darme cuenta de que ya no la quería, rechazarla cuando regresó a buscarme, verla llorar y no tener ganas de consolarla. Fue aceptar que fuéramos amigas y platicarle cómo iba mi vida, emborracharnos juntas y oírla llorar porque yo ya no la quería, recibir sus mensajes de texto demasiado reveladores para mi gusto.

Lo difícil no fue la etapa de depresión que atravesé, ni los celos insoportables, ni las ganas de entender por qué había pasado, lo difícil fue confesarle que en realidad lo nuestro no podría volver a ocurrir. Fue soportar que me pidiera perdón, que me dijera lo mucho que se arrepentía, que dejáramos dejar de ser amigas porque yo no era capaz de soportar la presión...

Lo difícil no fue el vacío de la pérdida en el centro del pecho, lo difícil fue que no me importara.

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