La primera vez que Amanda trató de impresionar
a Irene, se rompió una pierna cayéndose de una patineta. Estuvo en el hospital
una semana por los otros golpes y tuvo el yeso dos meses. Irene, en lugar de
sentir algún respeto por ella, rió por lo bajo y le ayudó a levantarse cuando
notó que no estaba jugando.
La segunda vez que Amanda trató de impresionar
a Irene, su tarjeta de crédito, la primera que había tramitado, sufrió un
sobregiro. En el centro comercial, Amanda nunca pensó que todo lo que le estaba
comprando a Irene tendría que pagarse alguna vez.
La
tercera y última vez que Amanda quiso impresionar a Irene, lo logró pero no fue
a propósito. Le detectaron cáncer de ovarios; y no sólo perdió ambos ovarios,
también la matriz y, por si eso fuera poco, se sometió a seis meses de
quimioterapia. Se lo contó a Irene tratando de que en ella surgiera algo,
queriendo pero sin realmente querer. E Irene se sorprendió tanto, que comenzó a
tomar las propuestas de Amanda en serio y comenzaron a salir como pareja.
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