lunes, 24 de febrero de 2014

Sexo casual: III

La vio tomar la mano de Israel, el joven moreno con el que había empezado a salir hacía poco. Se le retorció el estómago pero hizo el esfuerzo de sonreír. Las amigas se apoyaban y ella era la mejor amiga de Elena, en las buenas, en las malas y en las causas perdidas. Hizo su parte y le tomó la mano a Joaquín, el muchacho con el que compartía clase de química orgánica y que había sido su novio los últimos tres meses.

— Pero vamos, anímate, es la primera cita doble que tenemos comentó Elena con voz entusiasta, radiante. Incluso parecía que los ojos le brillaban.

— La segunda, tonta ya llevaba varias semanas usando esos apodos "cariñosos". En realidad a veces le decía "corazón" o "amor", pero nunca cuando estaban en público... más bien, nunca cuando estaban con el público de Elena.

— Primera, segunda, da lo mismo, el caso es que podemos salir en una cita doble acompañó sus palabras con un gesto de la mano, restándole importancia a la afirmación. Después le dio un abrazo rápido a Israel.

Con toda la lentitud que la angustia le imponía, observó cómo la mano del joven se deslizaba hacia el trasero de su amiga. Quiso gritar, acercarse y darle un golpe al estúpido para que dejara de tocarla, pero sólo apretó con fuerza la mano de Joaquín y apartó la mirada del apretón de nalgas. Jaló a su novio hacia la fila de la taquilla con la excusa de comprar los boletos rápido, sin importarle que pareciese que tenía una urgencia injustificada por entrar al cine.

Permaneció en silencio, a la expectativa, pero Elena se había quedado con su maldito novio a besuquearse como si no existieran los hoteles. No quiso buscarla con la mirada y decidió que tampoco le diría que fuera más discreta; después de todo, era su vida y podía hacer lo que le viniera en gana.

 ¿Te pasa algo? Estás rara recordó que tenía a su novio a lado y, en un ataque de rabia y despecho, le dio un beso largo y apasionado. En vano buscó una y otra vez que sus labios fueran los de Elena, que su cintura fuera la de Elena, que su cabello, su aroma... que todo él fuera Elena. Elena estaba a dos minutos de ella, besándose con alguien que nunca sería ella.

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