martes, 26 de febrero de 2013

Una última vez



Esa vez iba vestida de blanco. Me gustó el diseño de su ropa, el corte, los detalles con brillos, los colores que combinaban perfectamente. Pero lo que más me gustó fue su rostro: el maquillaje que llevaba no era excesivo, sus párpados mostraban un deje azulado y sus labios aparecían rojizos. Sí, me gustó también la felicidad que en ella se percibía, su andar libre y sus maneras resueltas.

Ella no lo sabía pero sólo fui para verla una última vez. Probablemente, ni siquiera sabía que estaba yo allí. De seguro, creyó que todos esos años en la oscuridad eran una señal de mi inminente desaparición… No, simplemente había decidido no luchar más por su amor, por su imposible amor. Así que sólo estaba parada a las afueras de esa iglesia, esperando a que regresara tomada del brazo de esa chica que no era yo y se dirigiera a un final feliz.

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