─
No pasa nada ─dijo
con una sonrisa cálida─.
Entre chicas, los besos no cuentan.
─
Pero no son… sólo besos ─suspiró
la otra, muy bajito.
La primera penetraba a la segunda, le tocaba
los senos con la mano libre, le besaba la cara y el cuello. La segunda
suspiraba, gemía a ratos, ocupaba sus manos en abrazar a su pareja.
─
Entre chicas, los besos no cuentan ─repitió
la primera sintiendo la humedad en su entrepierna y el sudor de ambas pegándose
a su cuerpo.
La segunda ya no respondió, sentía que el
orgasmo venía. Soltó un grito que murió en el beso abrupto. Los dedos de la
primera se detuvieron. Lentamente, deshicieron la unión.
La primera se tiró boca arriba, la segunda se
acomodó boca abajo, prestándole atención a los senos. Si la primera hubiera
fumado, habría sacado un puro.
─
Entre chicas los besos no cuentan, por eso a tu novio no le molestará ─completó la primera.
La segunda escondió la cara entre los brazos y
trató de no pensar en su inminente infidelidad.
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